La inocencia de la primera vez: XXX Edición de Premios Nacionales a la Moda para jóvenes diseñadores

Parte 1. 

Este es el plan: te gusta la moda y eres feliz con lo que haces, (intentar contribuir en este amplio mundo con un cachito de lo 'tuyo', lo que se supone que a ti te hace especial).
Sin embargo, no tienes ni idea de como funciona todo esto.
Lo único que tienes en la mano es una invitación. Te has vestido con lo que mejor se adecuaba a la situación , esperando no destacar (al menos, no negativamente).

Llegas en metro, esperando no venir al evento oliendo a perromuerto. A tus espaldas: una ducha con extra de desodorante y varias rociadas de tu colonia favorita, que casualmente es la más cara...

Has llegado con tiempo de antelación y como te han enseñado tus padres esperas una cola, y preguntas si tienes dudas. No levantas la voz, ni te cuelas. Ni entras con aires de superioridad 'rebasando' a los que ya están en la fila.

Escuchas a una organizadora del equipo de ANDE en la puerta, nombrando diferentes categorias de personas que pueden pasar antes: familiares de diseñadores, maquilladores, diseñadores...etc.
E insiste en un tal "Nogueras".
De inmediato responden varias mujeres de mediana edad un tanto estrafalarias escurriéndose entre la gente para finalmente llegar al principio de la cola y entrar con una pizca de...soberbia? superioridad? No lo sé, no me quiero mojar.

Y tú, que llevas ya un cuarto de hora en la cola, te quedas con cara de tonta. De todas formas la organizadora prosigue llamando a los mismos grupos que tienen prioridad a la entrada. Aún insiste con ese tal 'Nogueras' ( Quién puñetas será, ya que ya las mujeres de oro respondieron por él...).

Cuando ya eres la primera en la fila, consigues escuchar con claridad a la organizadora: BLOGUERAS.
Craso error.
Respondes a su determinada llamada y entras al edificio.

En la entrada te espera una azafata de la organización con una lista: tu nombre está en él, y te remite a la segunda planta.
En la puerta del salón donde se realizaría el desfile otra azafata con otra lista confirmatoria.
Vuelves a decir tu nombre y te dirigen a unas sillas reservadas para Bloggers únicamente.
Sólo queda un hueco libre, y consigues ver a las mujeres de antes mejor situadas que tú.
Por otra parte agradeces estar tan cerca de la pasarela.

Te sientas tranquila, has llegado y todavia no ha empezado el desfile. Todo va bien.
Es entonces, en ese momento de descenso de actividad simpaticoadrenergica, que bajas tus defensas y hueles el olor.
A sudor.
No puede ser. Mio desde luego que no es. La próxima vez me ducho en Dior. Literalmente.
Estás de suerte, a pesar del viaje en metro no eres tu la que hiede a humanidad (esta vez).

Es un blogger... grande, macho... creo. No concretaré nada más sobre ello (tanta fotito pero en la vida real las personas aún conservamos el sentido del olfato, querido).

En las sillas del otro lado de la pasarela ves a otro grupo de bloggers, monas, más jovencitas, algunas mejor o peor vestidas. Parecían simpaticas pero, te ha tocado la silla libre junto a las "Nogueras" estrafalarias de oro. (Ojo: que yo sigo a bloggers maduras, y hay que saber que ser blogger no es sinónimo de "ir dando el cante", sino tener un estilo propio que se adecue a cada ocasión. Por desgracia llevar un vestido de cuero palabra de honor con un cinturon rojo de plastico como complemento estrella, a dicho certamen, no lo era).

Por primera vez no sientes que eres tú la que está fuera de lugar...
Justo antes del comienzo llega una chica joven con prisas. Le ponen la última silla disponible a tu lado.

-Hola soy Fátima- saludas cordialmente.
- Yo soy Laura.
Le sonries. Por lo menos ya tienes alguien agradable a tu lado con el que comentar los diseños.

Elsa Anka entra en la pasarela y se dirige al atril para dar comienzo al desfile.

To be continued...